“La delicadeza permite estar en conciencia”
Delicadeza
La delicadeza es el embrión de la vida, es la semilla de la vida. La delicadeza permite que cuando el terreno está listo todas las semillas germinen. Es donde se reúnen el equilibrio, el respeto, la bondad, la dulzura y el amor. Es una balanza y constituye el equilibrio perfecto de los actos humanos. La delicadeza permite estar en conciencia, posibilita que el espíritu actúe. Es la forma de actuar vinculada y alimentada desde la fuente de la vida, desde el origen.
La delicadeza es sabiduría porque implica estar en visión. Al actuar con delicadeza se es preciso y se es consciente de las consecuencias que tiene cada acción. La delicadeza permite conservar la armonía, permanecer perceptivo a cada momento, saber hacia dónde se dirige el pensamiento y por tanto avanzar.
La delicadeza es el equilibrio entre la suavidad y la fuerza, es una manifestación de amor en la palabra y en el arte. Actuar con delicadeza es tener el tiempo, la disposición, la actitud, la observación, la concentración y la escucha para realizar la tarea perfecta. La delicadeza genera una sanación en lo profundo de la vida así como el sol fecunda la tierra.